sábado, 31 de diciembre de 2011

2011. And when it's over, and it's gone...

You almost wish that you could have all that bad stuff back
So that you could have the good


No fueron felices,

su historia no acabó como tenían pensado. Nada de besos, flores ni años nuevos juntos.  Dejaron muchos agujeros por pulir, así como cosas por decir. Era algo inconfesable, irreprimible y desolador. Pero no había remedio, no existían curas, así que se dejaron llevar... ¿Adivináis algo? En sus huesos nunca dejaría de llover, sus corazones nunca dejarían de persistir, sus actos, algún día no muy lejano, dejarían de morder. Y poco a poco, la inocencia de un amor puro y constante desembocaría... ¿en algo más?

sábado, 10 de diciembre de 2011

'A palabras necias....'


«Escuchar es aplicar el oído para oír, poner cuidado y atención para comprender lo que se diceOír es la percepción material de cualquier ruido en el órgano del oído. Se escucha por voluntad, por deseo, por interés, por saber, por curiosidad; se oye por obligación, por casualidad, involuntaria, forzadamente: oímos muchas cosas que no querríamos oír, que nos daña el oírlas, que no podemos evitar el oírlas. Escuchamos aquello que nos interesa oír, que nos es conveniente o grato. No podemos muchas veces menos de oír lo que es en nuestro daño, lo que nos causa injurias; quisiéramos escuchar a menudo lisonjas, pocas veces oír verdades, sobre todo amargas (...) Muchas veces nos conviene hacer como que no oímos, otras nos daña el ponernos a escuchar, pues nada bueno venimos a saber. Oímos cuanto pasa, escuchamos lo que nos acomoda


Pedro María Olivé

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Lo más probable es que no llegasen a estar 500 días juntos,


pero sí pasaron la mitad de ellos entonando canciones absurdas de amor, intentando llenar vacíos con mensajes  ñoños e ilusionistas, elaborados por cantantes adictos a la histeria, al dolor y a la pasión. Una mezcla que pocas veces gusta... 

Otros tantos se dedicaron a jugar al escondite, al 'ver quién aguanta más fingiendo en este ruedo', a esparcir sentimientos de cajón entre muchos días grises, y a hacerse el amor con los ojos por un pasillo abarrotado de gente, con la picardía de que no les llegasen a pillar nunca juntos. Porque eso fue todo lo que lograron hacer, fue todo lo que consiguieron salvar: una retahíla de emociones sueltas y pocas acciones a la vista. Y así acabaron, nauseabundos, más extraños y náufragos que nunca. 




'' I only wanted you as someone to love,
but something happened on the way to heaven
it got a hold of me, and wouldn't let go...
How many times can I say I'm sorry '' (...)
Phill Collins, Something Happened on the Way to Heaven

lunes, 5 de diciembre de 2011

Se reunió con ella después de un largo tiempo, ya más que pasado por agua y circunstancias...


 - Lo siento, he conocido a alguien. Tengo una nueva persona en mi vida que me quiere y me apoya en todo lo que hago, y un más que claro futuro por delante... Pero cuéntame, ¿qué hay de ti ?


Cerró los ojos en un intento desesperado de esconder sus lágrimas, pero solo consiguió traer imágenes vivas a su memoria. Recuerdos: la manera en la que ella compartió su dolor antes de todos aquellos momentos felices, antes de su orgullo, antes de la tormenta... No pudo seguir el juego...


- Disculpa...¿nos conocemos?

viernes, 18 de noviembre de 2011

Como no puedo darte nada,

que te queden mis versos,
mis canciones haladas,
una ira de sentimientos no en vano,
una triste y absorta mirada


Como no puedo darte nada,
ni cielos, ni el mío, ni el ya creado,
quizás bendiciones esclavas,
iras que ya naufragaron


Te llevaste días, años, rompecabezas,
un corazón desierto y unas cuantas ciencias muertas,
una idiotez, un hechizo de niña, un encanto de mujer


Fue tanto y no llegó a ser,
así que encuentres mares y besos despejados.

viernes, 11 de noviembre de 2011

El mundo está loco,

unos días me llegan noticias desde tu viejo aeropuerto, de repente se quedan inconscientes todos los malentendidos atropellados por mí, y en una hora exacta y equilibradamente calculada, llega tu voz. A lo lejos, entre las sombras, en tu anhelo. Y aprender a leerte entre líneas cuando afirmas que las cosas van bien, cuando en realidad van realmente mal.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Y Mia Rogers se agachó,

como se agacha cualquiera ante un problema que tiene sed de nosotros. Con hambre, con ímpetu, sin conocimiento. Y en menos de dos segundos, su peinado a los años cincuenta ya rozaba con suma delicadeza la mesa del comedor principal bajo la que se encontraba. Un largo mantel dorado pasado de moda se extendía por encima de ella, lo que hacía más fácil y triste su ''escondite perfecto''. El segundero del reloj se apresuró en recordar su existencia, y con un débil 'cucú' dieron las tres, una hora que últimamente se había convertido en una salida de emergencia para ella.


La verdad es que Mia poca veces empleaba sus fuerzas en refugiarse de situaciones incómodas, pero esta vez era necesario. Y tristemente razonable... En solo dos semanas había contemplado de que forma todos sus planes de futuro se veían interrumpidos, Y el culpable de todo aquello no era más que una figura meramente humana. Pero Mia sabía que no se trataba de cualquier persona, sino que era él. Esa clase de ironía dibujada sobre unos cuantos modales, en su forma de andar. Era esa condescendencia con la que trataba a los demás, sin importarle quién o quiénes podrían haber sido fatídicos y principales oídos de sus mentiras. él era todo lo que una chica atolondrada de trece años hubiese querido tener: locura y ansiedad unidad en un enfoque integral de las cosas. A diferencia de que Mia presumía ya de unos estridentes veintiséis y un elegante plan de boda que nadie, absolutamente nadie, se vería con agallas de arruinar. Pero se equivocaba. Porque allí estaba ella, observando muda y somnolienta cómo unos relucientes zapatos negros de charol se atrevían a pisar el mismo suelo que ella. 'Suerte que no me ha visto',- pensó de inmediato.


-Señorita Mia, ¿no le parece ya de por sí ordinario que una joven refinada y con maneras, como lo es usted, ande escondida entre una tela de comensales?


Y fue así como dos tristes avellanas grises la miraron, vistiendo una precaria sonrisa de revista y tendiendo una mano dispuesta a ser estrechada. Se oprimió, deseó desvanecerse en ese mismo instante. Pero sabía de sobra que más le valía dar una respuesta amigable y sonar lo más cuerda posible.


- La verdad es que yo... pasaba por aquí.
-Ya lo veo...¿aficionada al juego del escondite?,- y sonrió de forma un tanto infame, divirtiéndose en su propio juego de palabras.
-Oh sí...,- enrolló nerviosamente sus dedos en uno de los rizos que bailaban fuera del recogido,- junto con encontrar baches en mi camino, es una de mis actividades primordiales...


Fue allí donde se rindió, donde supo que dormir bajo mesas del siglo XIX no iba a evitar lo inevitable... Sucedió entonces que a Mia ya no le quedaron más segundos planes.

Que sí,

que no quieres creerme, pero un día de estos te quedarás por ahí. Pero antes de marcharte, dale cuerda a mis zapatos, que quedaron desgastados y sucios de tanto ir detrás de ti. Puedo jurarte muchas cosas, pero de que serviría. Además, cuenta como que en realidad no quiero contártelas, ya que si no estás a mi lado, no es lo mismo. Ahora detente un segundo, cierra los ojos y escúchame. Imagina una plaza llena de gente sin emociones, una heladería de sibaritas en medio de la nada, nieve cayendo en una tarde asfixiante de verano sobre el Pacífico. Sería absurdo, ¿verdad? Bueno, del mismo modo sería igual de absurdo echarte de menos cada vez que recuerdo la de veces que me diste a entender que mi vida no llegaría a ser lo mismo sin tu dolor. Reyes o no de los absurdos, en mi océano particular sigue nevando.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Lo siento.

''So this is where you are
And this is where i've been
Somewhere between 
Unsure and a hundred''







¿Hacia dónde íbamos?
.

martes, 1 de noviembre de 2011

Se dejó caer en la silla, se desplomó.


Por primera vez en su vida fue consciente de lo que pasaba a su alrededor. Miles de personas enfermas descansaban como podían en cada una de las habitaciones de aquel lugar, aquel hospital que empezaba a estremecerle. Largos pasillos de color blanquecino se abrían en medio de quién sabe cuántas noticias malas que transcurrían allí a lo largo de todo un día. Mensajes como ‘tiene usted cáncer’ o ‘es mucho mejor de lo que pensábamos’. Pero a ella le había tocado el lado malo de la moneda esta vez. A partir de ahora, sería mucho más difícil ser amiga de la normalidad.

domingo, 30 de octubre de 2011

Más que nada, era el sabor

La miel que dejabas sin saberlo todos los días. ¿Todavía no comprendes que eras algo por lo que seguir soñando? Inspiración, yo no sabía que era eso hasta que te conocí. Quizás no lo recuerdes, pero es algo que yo guardo en mi memoria con un candado, y cuando me apetece, lo revivo, y es como si volviese a ser ayer. Ese día, el día en el que calaste hondo en un alma sin sentido, a golpe y porrazo, sin preguntar. Me di cuenta, tonta de mí, que llevaba enamorada toda mi vida de ti, toda una vida sin saberlo, todo un siglo preguntándome dónde estaría, quién sería la persona. Y te guste o no, eras tú.

- Porque es un secreto y punto.


-¿Y una mentira a medias?
-Eso siempre seguirá siendo una mentira.

Lo sé,

sé que van a pasar muchas Navidades, unas cuantas noches de fin de año e infinitos cumpleaños sin poder evitar acordarme de ti. Ayer lo estuve hablando con ella, (ya sabes, esa única musa que consiguió mantenerte durante más de cinco segundos sin respirar el día en que la conociste, aquella que se ocupó de que volvieses a coger una brocha entre tus dedos y pintar), y me comentó lo que ya me temía. Al igual que todo el mundo, ella tampoco se lo esperaba. ¿Para qué abandonar un mundo en el que casi todo lo que te rodea se acerca simultáneamente a la perfección, una vida llena de personas que te quieren, una familia y un arte al que brindar algo de tu propio ser? Por más que busco, no hallo respuestas. No quiero entender que fuese eso lo que buscabas, que quisieras desaparecer del todo, para siempre. Ya sé que han pasado casi seis años pero, qué quieres que te diga, no me acostumbro a estar sin ti. Ella tampoco. Llámame antigua, reclamante de sueños perdidos... ¿Quién no iba a echarte de menos después de ver cómo muere el Sol una lánguida tarde de verano?

sábado, 15 de octubre de 2011

Nunca les creí,

jamás se me pasó por la cabeza escucharles. Decían muchas cosas, de las cuales era difícil adivinar las que eran cien por cien verídicas. Una de ellas, la que más repetían, trataba sobre el amor, ese tema ya tan desgastado... Invitaban a hacerte creer que podía ser así, que un órgano vital para cualquier persona podía sentirse perdido, podía dividirse en dos mitades perfectas, exactas. Y en cada una de ellas, llevar colgada a una persona. 'Es interno, nadie puede percatarse de ello. Solo tú puedes sentir su carga, su dolor...' La llamaban la enfermedad de los engaños, de las mentiras, de las traiciones... de las pasiones. ¿Tenía cura? ¿Existía algo que pudiese hacerte elegir? Era la única pregunta que no llegaron a responderme, quizás porque tampoco lo sabían, o porque jamás querían haberlo averiguado. Por eso nunca les creí, nunca quise hacerlo... hasta que no me quedaron más opciones posibles.

domingo, 2 de octubre de 2011

Sé que te sientes nadando entre las horas,

que vagas por ahí, entre espinas, que no te gusta lo que oyes, ni lo que dicen de ti. Que te encantaría cerrarle la  boca a cualquiera que te llamase 'diferente', que le explicarías el significado de no ser como los demás. Que te autodestruyes, que te lamentas, que no quieres ver la cruda realidad. No eres perfecta, ni mucho menos pero, ¿sabes un secreto? Nadie lo es. Ellos tampoco.

martes, 13 de septiembre de 2011

Se enamoró de ella por tres razones,

tres razones que él mismo acusaba de estúpidas e incoherentes. La primera de todas ellas la desconocía. Le gustaba pensar que podría haber sido ese aire provocativo y demoledor que transmitía a través de la mirada. 'Sus ojos hablan',-pensó. O quizás pudo ser su forma de despertar por las mañanas, donde él se deleitaba contemplando su carita rosada. 'Verte amanecer, es lo que quiero por el resto de mis días'. La segunda de las razones la conocía con toda seguridad. Se trataba de su manera de ver el mundo, de su capacidad para observarlo todo desde un lado u otro, siempre con serenidad y precisión. Le encantaba la manera en la que hacía de lo más complejo y aterrador, un simple cuento de hadas tristes. Y su tristeza, inundaba cada trazo de su rostro, invitando a besarla con desesperación. Y la tercera, la tercera era clara y sincera. Hablaba de su alma, de su cariño y de su comprensión. De la manera en la que a él le gustaba amarla, despacio y en silencio. Pero, en un silencio acogedor y nada incómodo, donde todo lo que necesitaban decirse, lo entendían entre ellos dos. Una vida en la que solo se necesitaban el uno al otro...

miércoles, 7 de septiembre de 2011

- Vamos, admítelo, cerraré los ojos para que no me duela tanto oírte...

¿Y qué podría decir? 


-No me has echado de menos... 
- Eres idiota.
- Pues sí, qué bien me conoces...
- ¿De verdad lo piensas? ¿Crees en verdad que no he pensado en ti? ¿Que no he malgastado noches en atragantarme con tu recuerdo? 
- Bueno, no me has escrito, así que...
-  Idiota...- acercó su boca hacia la suya.- no sabes cuánto te he echado de menos.


- Dime que te acordarás de mí,

aunque sea despacito, en un silencio tan incómodo y sofocante, que tengas que maldecir una y otra vez aquel día en el que nos conocimos. Que de repente te entren ganas de mí, de nuestras tonterías, de lo mal que lo pasamos aquel diciembre del 92. De las uvas con las que casi te atragantas en Nochevieja, de lo poco convincentes que sonaban nuestros sueños cuando teníamos tres años y , sobre todo, no olvides que me quieres. Porque lo haces... ¿verdad? 

lunes, 5 de septiembre de 2011

-¡Mírame, Annie! ¡Soy tu vida!

Y la estrechó con todas sus fuerzas, reduciéndola a un cojín más del sofá, sin que ella replicase ni una sola vez.


-¡La vida te muerde, Annie! ¡Te golpea, te da de ostias incontenibles! ¡No deja que respires, no te deja escapar nunca! ¿Y tú vas a dejar que siga arañándote, no vas a devolverle el golpe?


Annie no se resistía, ¿para qué? Era mucho más fácil quedarse inmóvil.Ya se cansaría de repetirlo.


- Quedándote quieta no vas a conseguir nada, ¡espabila!,- y recibió una bofetada inesperada en su mejilla derecha. 


Acababa de pegarle, había pegado a su amiga. Un momento, a su amiga no, había devuelto el golpe a la vida. Tal y como ella le había pedido, casi suplicado. 


- Vaya, ya creía que no ibas a reaccionar...,-se limpió el sudor que resbalaba por su ruda frente,- Escucha,- y se acercó hacia ella, ayudándole a ponerse en una posición normal en el sofá,- puede que ellos se hayan ido, puede que no vayan a volver nunca. También es posible que tu negocio se haya ido al garete, que Wilson no vaya a llamarte en tu vida, y que aquella carta que enviaste a California, sea quemada por algún independista que no quiere cuentas con nadie. Aún así, ¿me ves? ¿Me ves a tu lado? Yo no me he ido, no me marcharé nunca. Así que será mejor que te levantes de aquí y empieces a luchar, que empieces otra vez, de nuevo. Porque la vida no va a detenerse nunca, no va a dejar que te quejes por algo que puede ser reemplazado y mejorado unas quinientas veces. ¿Entiendes?


Pues no, no lo entendía. De todas formas, sabía que su amiga tenía toda la razón en ese momento. Era hora de morder a la vida.

+ Adaptación de un fragmento de la película 'La Boda de mi Mejor Amiga', por Paul Feig.
- Dedicado especialmente a todos esos amigos que nos hacen sentir bien cuando más lo necesitamos, que nos apoyan y nos quieren y, sobre todo, que de vez en cuando nos dan una que otra ''paliza'' para despertar. :)

miércoles, 31 de agosto de 2011

domingo, 21 de agosto de 2011

jueves, 18 de agosto de 2011

miércoles, 17 de agosto de 2011

Es cierto,

el que tiene corazón, también se equivoca a veces. Pero no por cuestión de corazón, sino por no haber querido abrir la mente a la realidad antes de la catástrofe.

lunes, 8 de agosto de 2011

Los dos flotamos,

en esta nube inmensa,
en esta inmensa gravedad


Los dos miramos,
un mismo camino,
un mismo despertar


Los dos amamos,
una noche de estrellas,
un 'contigo' y un 'será'


Los dos sabemos,
que no es difícil,
ser un 'dos' en este mar

Quizás deberías saber...

que en aquel paseo sobre el Sena no pude evitar acordarme de ti, y tus ojos tenían más poder que la mismísima Luna Llena;
que hacen falta más de cien helados sibaritas para acabar con la dulzura de tus manos;
que odié no encontrarte por casualidad en alguna parada del metro;
que las tormentas de París no son lo mismo sin un beso entre medias;
que es horrible caminar por los Campos Elíseos sin tener una mano a la que coger;
que la torre Eiffel no es ni la mitad de bonita si no estás cerca para darle tu luz;
que las calles, los barrios y la gente parecen todos iguales en comparación con todas esas cosas que me gustaría contarte ahora mismo.


Ya ves, me cuesta decirte, que ni París ha podido contigo.

viernes, 15 de julio de 2011

Despierta, huye, asimila,


transforma las horas en algo vagamente mundano. Trata de hacer las cosas lo más fáciles posibles y, si se le ocurre gritarte alguna vez que no eres nadie, saca el dedo medio y mándale a la mierda.

Soplan sus silencios en una habitación oscura,


llena del naufragio de la libertad y el deseo, del cariño y de la conservación. No volverán a mirarse de forma directa a la cara porque, lo que ayer eran dos lazos flexibles, rebosantes de felicidad, hoy no son más que dos extraños dentro de un gran murmullo. Latidos fuertes, pensamientos inteligibles, esencias gastadas de tanto ser usadas. Una vida, y otra, y otra. Y nunca acaba, ¿cómo podría acabar? Ya ni si quiera llegan a tocarse, ni lo intentan. Es más fácil dejarse llevar por nada, rendirse. La mira, y pronuncia una primera estupidez:

- Bueno, es verano. No tenemos prisa.

¿Sabes?

Todavía me sigo alterando cuando te encuentro por ahí respirando, en cualquier sitio de la ciudad. Primero, una parte de mí desea que no seas tú el que está sentado en esa silla de la terraza. Me alegro de que no me veas en ese mismo instante, gracias a que estás mirando hacia otra dirección. Luego, cuando paso por tu lado, me invade una extraña sensación de familiaridad, esa que siempre me recuerda que esto no acabará nunca. No mientras yo me quede.

jueves, 7 de julio de 2011

Cada vez que abandonas su habitación,

tu olor envuelve cada milímetro de la estancia. Ella entonces, se deja llevar en ese instante, y se ríe por dentro, pensando que, si supieras lo que pasa por su mente cada vez que te encuentras próxima a ella, te escandalizarías. Hoy, como otros tantos días, se había visto empapada en el naufragio de tu boca. La suya ardía, de forma infernal junto al calor del verano, y cada movimiento que desplegaba hacia a ti, era conscientemente calculado para no llegar a rozar su piel con la tuya. Eso, sin duda, hubiese sido un estallido irreprimible de felicidad.

Se escondía detrás de sus gafas de pasta, convencida de que así, no podrías adivinar lo que gritaban sus ojos en aquel momento. Y rígida, permanecía minutos antes en la silla, escuchándote con cara de idiota. Ahora se encontraba de nuevo en aquella silla, intentando comprender cómo era posible que hubiese sucedido. Hacía ya tiempo que su apetito había disminuido notablemente, que no lograba conciliar el sueño por las noches, y que un torbellino de emociones y de más cosas a las que no lograba definir, hacían vida en su estómago. Pero fue hace poco cuando se dio cuenta de lo que acontecía en realidad, y se sintió tan enfadada consigo misma por no haber podido reprimir aquello, que empezó a comportarse contigo de manera distante y torpe. Al poco, decidió desistir, abandonándose otra vez a tu encanto. Y ahora, si te fijas, la verás todavía allí, sentada en su silla, comiéndose un poco más la cabeza por ti. Se ha enamorado, y esta vez, sin querer.

miércoles, 6 de julio de 2011

-¡Joder! ¿Desde cuándo fumas?

Echó un vistazo ligero a la nube cenicienta de humo mientras se decidía a poner el primer pie en su habitación. Los discos, apilados por orden de favoritismo; las novelas policíacas y el periódico de aquella misma mañana, arrugados de tanta insistencia literaria por absorber monólogos sencillos.... Todo estaba en orden, todo en un orden perfectamente incómodo. Menos la persona que ahora se veía diminuta y estrechada en el abrazo de unas cuantas paredes verdes.

-¿Y qué me dices de tus ojeras? ¿Y esos hoyuelos blancos en tus mejillas? Ni que no corriera por tu cuerpo ni una insignificante gota de sangre...

Ah, ¡pero qué podía saber C.! La ignorancia es tan bella por fuera, que ni si quiera los que la padecen se dan cuenta de su situación de constante felicidad. Un pálpito, una alegría acelerada, así era su amiga. A veces, sin darse cuenta, una frivolidad genuina, encerrada solo por su imagen en un espejo rodeado por un bonito marco dorado. Considerando de manera fría las palabras de su amiga, ¿qué había sido de ella? Antes de dejarse tristemente abandonada en la corriente. No halló respuesta alguna, solo el sentimiento de encontrarse demasiado lejos de la diversión en aquellos momentos, o de algo cálido que le devolviese la sonrisa. Sí, eso quería, un alma que la sacase de allí, un espíritu que fuese capaz de ver más allá de unas ventanas influenciadas por el mundo exterior. No quería volver a sentirse como un distorsionado muelle, algo donde los demás dejaban caer su peso y luego, emergían de nuevo, pero ella siempre se quedaba allí, agachada por una simple torpeza del mundo. Por una conspiración constante que se empeñaba en salpicar su vida, cubriéndola de las gotas más ácidas. Y claro, así acababa siempre, medio derretida. En cualquier caso, permaneció muda, todo aquello no podría ser la respuesta monocorde que esperaba C.

- ¿Vas a decirme de una vez por todas qué diablos es lo que te ha pasado?

Él. Nunca nadie lo sabría, C. no podría entenderlo. Ni si quiera ella estaba segura de haberlo comprendido alguna vez. Devolvió el cigarro con determinación a su pequeña boca de ciruela, exhaló una nube de verdades. En verdad, ¿desde cuándo había empezado a malgastar sus energías en encender un insípido cigarro? Miró a su amiga a los ojos, con cara de haber despertado súbitamente de un profundo sueño.

- La vida, me ocurrió la vida.






martes, 5 de julio de 2011

Ir por la calle,

cuando el viento emana de algún recóndito sitio,
alejado del verano,
buscar tu cara, inconscientemente, entre extraños,
y encontrarme así con la nada

Tu sombra dice que te marchaste,
sin mapas,
sin kilómetros,
sin miedos,

Me pregunto, ¿cómo lo hiciste?
Yo también quiero ser capaz de no volver nunca,
Yo también quiero jugar a ser de hielo.


lunes, 4 de julio de 2011

'Y si quieres ser algo, sé lo que tú quieras'.

- ¿Cualquier cosa?
- Claro, incluso cualquier idiotez aquí es válida.

Estrechó entre sus labios el porro, dio una calada profunda y entonces, lo supo.

- Vale, cualquier cosa alejada de él. Nada que tenga que ver con su vida y su radiante galantería de un domingo por la tarde,- alzó la cabeza al cielo, extasiada, y continuó haciéndose notar,- Nada de flores, ni de lunas cercanas a Marte. Tampoco estrellas, ni botellas que encierren mensajes secretos. Nada de esta ciudad, ni de sus impertinentes calles...

- Entonces... ¿nada de nada?

Volvió a cerra los ojos. Lo sabía, aún quedaba algo.

- Nada,... excepto el fuego de sus ojos.

domingo, 3 de julio de 2011

Amnesia.

(A medias). Cuando quise darme cuenta llevaba encima unos litros de más, y mi equilibrio bailaba en el borde de la piscina, con la tentación de tirarme de cabeza y ahogar las penas un poco más. Pero enseguida llegaron las volteretas y lo giros irreversibles de mi cabeza, y acabé tirada en la hierba, intentando no recordarte. Estaba allí, bajo las luces superficiales del jardín, y las primeras estrellas que empezaban a asomarse tímidamente. La humedad se colaba a través de mi ropa, y la euforia iba desapareciendo. Cerré los ojos un momento, intentando ignorar palabras como 'no te duermas' o 'tranquila, se pasará', cuando visualicé una de tus miradas. Se clavaba en mi interior, más afilada que cualquier tipo de cuchillo. Volví a mi lugar, y comprendí, ya demasiado tarde, que no había servido de nada. Recordé querer olvidarte en aquel vaso, y la nada se quedó allí, ocupando el espacio en el que tú no te encontrabas.

viernes, 1 de julio de 2011

Ayer me encontré con la soledad,

después de tanto tiempo, la tuve cara a cara, en frente de una pared blanca y canciones descoloridas de tanto escucharlas. La muy guarra me restregó por la cara tu ausencia, diciéndome que ya me lo advirtió, que el final ya estaba previsto. Como no tenía ganas de luchar una vez más la dejé allí, al lado mío, y pronto cogió esa clase de confianza que se tiene con las viejas amigas. Estaba a punto de dejar que me absorbiera por completo cuando decidí que en verdad, no la quería a mi lado. Es más, no la necesitaba. Me disponía a levantarme del suelo cuando vi su mirada incierta y una sonrisa a medias, descarada como solo sabe ser ella. 'Volverás', susurró con su halo de sombra. Y tiene razón, pero hoy no.

jueves, 30 de junio de 2011

Y cuando no sé hacia dónde ir,

empiezo a escuchar todas esas canciones bobaliconas que hablan de amor y pasiones medio quebradas, de noches vacías, de lluvias que amargan... Y pienso que, al fin y al cabo, es todo lo que me rodea en ese preciso instante.

Solo silencio.
No quiero más.

Suerte que me iré;

suerte que esto, al igual que otras muchas cosas, será pasajero.

martes, 28 de junio de 2011

Si supieras lo que van diciendo de ti,

te pensarías dos veces eso de ir juzgando a la gente sin conocerla. Ya ves que, al fin y al cabo, esas cosas te acaban pasando factura. Pero qué podría decirte yo, si tú te lo has buscado...


domingo, 26 de junio de 2011

En el gramófono de la esquina,

aún podían oírse los sonidos destartalados de un lunes por la mañana. Si fijaba la vista a las seis de la mañana en la ventana, todo seguía su curso vitalicio. Todo, excepto su mente. Allí quedaban imágenes en movimiento de la noche anterior. Fotografías a color, de unas pequeñas piedras golpeando con insistencia la ventana del marco dorado. Y luego, su sonrisa favorita, esa que parecía salir de la nada, igual que cuando decía que estarían juntos durante mucho tiempo. Sus promesas habían parecido tan reales... Pero volvió a poner los pies en la tierra, chocando bruscamente con la realidad. 'Malditas películas ñoñas...' 'No, esto no es una comedia de Jennifer Aniston, y detrás de la puerta no habrá un elegante y caballeroso Matthew Macfady esperando ansioso por llevarme a dar un paseo.' Esa noche quedaba ya muy lejos. Se desprendió ágil de su asiento con un salto, y decidió que era hora de empezar. ¿El qué? Tampoco lo tenía muy claro, pero en ese instante cambió de vinilo, y las canciones de antes ya no serán las mismas...

No tenemos por qué hablar,

y lo sabes. Piénsalo, te ahorrarás una situación incómoda entre las dos. Además, ¿qué vas a decirme? ¿Que ya encontraste tu disfraz de guerrera escondido al fondo del armario? ¿Que le quitaste el polvo y ahora vienes a por mí? Guarda tus armas, porque puedes quedártelo, es todo tuyo, sois tal para cual. Olvida que en algún tiempo fuimos amigas porque, sinceramente, lo tuyo no era lo que se puede llamar 'amistad'. He avanzado, unos pasos más que tú. Así que, lo siento, pero yo ya no acostumbro a hacer pactos con el diablo...

Y la gente sorbía café,

porque así, entre trago y trago, olvidaban las costumbres y las peleas que se avecinaban el lunes siguiente, y no se cansaban de escuchar al viejo Carlos Goñi vociferar en la radio. 'No soporto a los que acuden los domingos a la Iglesia y luego el lunes son peor que Satanás..' Yo tampoco, por eso yo paso del café.

- A mí ponme un whisky, a ver si se me quitan todos los males de golpe...

Y Joaquín Sabina hace su entrada.
'...La canción que cantan, de bar en bar, los que beben para olvidar...'

miércoles, 22 de junio de 2011

Odio que tengan razón,

cuando dicen que esto es una auténtica locura. Y en verdad lo es. Es arriesgado, pero es un sentimiento que no pueden llegar a ver. Hoy me declaro la persona más cobarde de este planeta, y si dijera que del universo también, seguro que no me quedaría corta. Como siempre, ahora me taladro la cabeza diciéndome a mi misma que tenía que haberlo hecho. Y como de costumbre, sigo en mi sitio. Todo en orden, cero sorpresas. Si me dices que yo me lo he buscado llevas razón. Soy yo la que siempre proclama que hay que dejar atrás los miedos y los pensamientos de los demás para adentrarte en lo que quieras. Y mírame, soy la primera que sale corriendo cuando pienso que tenerte demasiado cerca sería peligroso, porque tendría que contártelo y ya no daría marcha hacia atrás. O porque no sabría qué decirte. Oh, espera, sí sé perfectamente qué tengo que decirte, lo que no tengo muy claro es el momento. Pero ya está bien, hay que poner un punto y final a esto así que, allá vamos. Voy a convertirme en una kamikaze decidida, voy hacia ti. Dime, ¿me ayudarás a que no sea tan difícil morir en el intento?

A ver qué tiene París,

además de sus majestuosas calles, la infinita torre Eiffel que roza el cielo, los Campos Elíseos, el Palacio de Versalles, el Moulin Rouge más ardiente que nunca, el barrio más cosmopolita de París (el barrio latino), el encantado bosque de Vincennes, la enigmática Ópera de París, la inspiración de los artistas... Allí es donde se dejan caer los enamorados, donde pasean su felicidad por el Sena y dejan esparcidos sus sueños de futuro. Pero tiene que haber algo más, algo más que esa magia pasajera parisina. Tengo cinco días de mi vida para descubrirlo, para fotografiar su fachada, para cautivarme con su encanto, para nada más despertarme por las mañanas, asomarme por el balcón, tomar aire y decir: Bonjour París!



lunes, 20 de junio de 2011

Marian tiene un problema,

es de esa clase de personas que no se conforman con lo que tienen. Siempre está buscando algo más allá de su rutina, algo que se salga fuera de las triviales reglas de la vida. No le importa lo que tenga que hacer para conseguir su objetivo, todo vale para salirse siempre con la suya. También le da igual a quién pueda perjudicar en este juego, porque para ella todo es así. Juega sus cartas, nunca se retira y siempre quiere más. Está acostumbrada a conseguir todo desde que era una cría pequeña. ¿Perder? Esa palabra no existe para ella. Nunca tiene suficiente, siempre está dispuesta a hacer daño. No tiene en cuenta si hace un par de años fuiste una de sus mejores amigas o le cediste el paso cordialmente al abrir una puerta de cualquier lugar. Ella es así, esa es su cáscara de cristal, su madera de mujer. Ha vuelto, y va a por todas. Y es que ya se sabe, que bicho malo nunca muere...¿o tal vez sí?

miércoles, 15 de junio de 2011

Hoy me apetece revolcarme en los recuerdos,

volver de forma casi efímera a los lugares y al tiempo que ya nunca jamás podré volver a pisar. Si cierro los ojos y me quedo inmóvil, mi cabeza se pone en funcionamiento. Entonces busco, y veo una guardería. Más adelante hay una clase de infantil, o de 'parbulitos', como decían algunos. Allí, en un patio asolado de miles de granos de arena, encuentro caras muy familiares, personas que compartían contigo el bocadillo del recreo, que cuando se enfadaban contigo por cualquier tontería te decían aquello de 'ya no te ajunto!', que jugaban contigo al parchís, al pilla pilla, al escondite, que te contaban historias que esperaban te creyeras, que sonreían de manera dulce cuando te rompían un lápiz de color sin querer, que pedían ser todo lo que estuviese al alcance de su imaginación, que te robaban risas, que te dejaban bien guapo/a al untarte de barro, y cuando llegabas a tu casa, tu madre echaba el santo al cielo. Que acabaron por ser tus amigos...

Si vuelvo a cerra los ojos, me traslado a una playa. Ahora estoy sentada en un banco, contemplando el mar menor junto con una de las personas a las que más he querido en esta vida. Tengo 12 años, y desde pequeña, la Ribera sigue siendo un lugar donde dejarse abandonar en verano. Huelo a brisa, a la sal acumulada en el aroma del aire, a tormenta de verano que llega sin avisar... Castillos de arena, medusas en la orilla, infancia, mis abuelos en la cocina haciendo granizado de limón, la cola para entrar en la ducha después de un intenso día de playa, los helados de la única sirvent que había, la gente corriendo espantada por el paseo por una falsa alarma de bomba, la furgoneta de la radio que iba todos los años y que todos aprovechaban para beber zumo gratis, las personas que venían de lejos a pasar las vacaciones y que se abalanzaban hacia a ti preguntándote con una sonrisa de oreja a oreja 'quieres ser mi amigo/a?', y que luego dejé atrás... Retrocedo de nuevo y sigo en el banco, donde tengo al lado a mi tío. Las olas del mar siguen haciendo orquesta de sus sonidos cuando rompen contra las rocas. Yo me pregunto si hay algo en este mundo, o en esta vida, más pacífico que el mar. Mi tío se gira hacia a mí, y me dice que le queda un año de vida, que va a morirse. En ese momento tú no sabes qué pensar, decides optar por no darle muchas vueltas, por pensar que quizás ese momento es solo un sueño, una pesadilla. A esa edad, todavía no somos capaces de darnos cuenta lo valioso que resulta la vida de una persona. Él estaba ahí, a mi lado, y el reloj se quedó sin más tic tac, justo ahí. En esa playa, en esa arena, en los chistes que me contaba para hacerme reír, en sus manos, en sus 'no te preocupes pequeña, ya verás como todo sale bien'... Desde que se fue no he sido capaz de volver a esa playa, a ese pequeño rincón de tristeza donde de repente la vida me pidió que me hiciera mayor. No puedo volver sola, no puedo respirar su ausencia sin un abrazo que me calme, sin un simple susurro al oído que cante: ' no llores, pequeña, las cosas volverán a su cauce..'.

jueves, 9 de junio de 2011

Tengo que despedirme de ti de alguna forma,

pero para variar, no sé ni cómo empezar. Seguramente este dolor tendría que haber sido expulsado de alguna forma antes, porque no me viene demasiado bien por estas fechas; digamos que ya tengo bastante. Supongo que yo solita me lo he buscado de alguna manera. Oh, mírame, ya vuelvo a echarme las culpas de nuevo a mí misma.

De todo esto he aprendido algo. (mentira). Por ejemplo, que más me vale no volver a pensar en todo lo que tenga que ver con sentimientos durante un largo periodo de tiempo, por mi bien, porque sino voy a acabar más despedazada de lo que estoy en estos momentos. Siento mucho si he supuesto algún tipo de pérdida en tu vida. (tiempo, por ejemplo, que es escaso y valioso). A decir verdad, yo no me arrepiento de ningún segundo ni chorrada alguna que me hayas llevado a hacer. Tampoco voy a retirar lo que dije con anterioridad en algunos de estos escritos. Te lo dejo aquí, por si algún día te apetece pasearte y leer la magia que hacías sentir en alguien. En mí. Ojalá que encuentres a alguien que sepa hacerte feliz de verdad, que te conozca y sepa cada uno de los recovecos de tu corazón. Que sepa darte algo más que palabras... Cuando leas esto a lo mejor te da por pensar que estoy bastante bien, por lo dulce que estoy intentando ser con respecto a esto. Pero créeme cuando te digo que esto me va a llevar mucho tiempo. Anda, si no es mucho pedir, deséame al menos que a mi vida llegue también alguien que me quiera. Y... ahora es cuando empiezo a abusar descaradamente de los puntos suspensivos porque ya no se qué más podría decirte. (hay algo en mis ojos que me está exigiendo salir, pero me esfuerzo en que no lo haga). Quédate esto como un regalo, porque es tuyo, habla de ti. Solo quiero acabar con algo más, pero creo que ya ni tengo derecho a decírtelo, así que, te dejo libre ese pensamiento, para que imagines de forma cercana cómo podría sonar este adiós...

Dime que se me escapa a parte del tiempo.

No sé que hago aquí, es más, no tendría ni por qué haber empezado a escribir otra vez. Pero se ve que no podemos renegar de nosotros mismos, que siempre vamos a mostrar lo que somos tarde o temprano. Me fui, con la intención de escapar a lo que me perseguía, o que por lo menos pensaba que era así. A decir verdad, escapaba de ti, de todos estos años. Intenté ver la vida a través de los ojos de los otros, de tratar de comprender si es tan gratificante y merece tanto la pena esconderse detrás de algo que no tiene sentido. Y sí, a ellos les funciona, pero no a mí. Lo siento, pero no puedo cubrirme con una máscara y levantar el telón, no puedo sentirme como uno de sus personajes. Tampoco puedo coger los hilos entre mis manos y manejar marionetas a mi antojo. Se divierten, se lo pasan bien, pero no son felices. Al intentar escribir sobre la vida de otras personas, sobre sus emociones, sus historias, me he dado cuenta de que no se me da tan bien como pensaba. No es fácil, no puedes meterte en la piel de alguien de repente y sentir el mundo como ellos lo perciben. Al final he acabado yo otra vez conmigo misma, parece ser que lo único que se me da bien es contar mi propia historia, o lo que quiera que sea esto. ¿Alguna vez has sentido que se te agotan las palabras? O que ni si quiera te llegan cuando las necesitas. Hace un tiempo oí un comentario que, siendo sincera, me hizo más gracia que otra cosa. 'Es que no se trata de palabras'. Claro. Tampoco se trata del tiempo, ni de sus cambios, ni de las caídas, ni de los buenos momentos, ni de las trampas, ni de los sueños. Se trata de nosotros mismos...¿es eso? De nuestras acciones. De la repercusión que tiene cada una de ellas. Universal, acción-reacción. Pero hay algo más. A ver quien es el valiente que me dice que no le importa en absoluto lo que vayan a decir sobre su decisión, sobre lo que quiere. Siempre vas a tener a alguien rondándote que te de su opinión o te diga que eres gilipollas. Siempre va a estar el lado de tu cabeza que te diga lo que es razonable y lo que no. Siempre vas a poder elegir porque es tu vida. Es tuya, y de nadie más. Dime a mí de que sirve estar condicionado por un comentario, un pensamiento o algo contrario, algo que no les guste a los demás y a ti sí. Ahí es donde actúa cada uno, ahí es donde se habla. Es entonces cuando se GRITA. Expulsas lo que quieres decir o demostrar, sin más rodeos, lo que te da la real gana. Así que, está bien, lo más probable es que mi modo de hacer las cosas no sea el más adecuado, porque yo no tenga el sentido del riesgo tan desarrollado como otras personas. Pero es mi manera, y la hago así. ''Cariño'', aquí es donde entran las palabras.

lunes, 9 de mayo de 2011

De momento esta poetisa se despide,


con más arrugas en el corazón que nunca. No recordaba lo difícil que era dejar ir a alguien. Pero supongo que es hora de comprobar esa vieja frase que dice 'si de verdad amas a alguien, déjale ir'. Pues bien, si en verdad esto no ha servido para nada y no es más que un sueño dentro de un sueño, vuela. Y que te voy a decir yo que ya no te haya dicho... ¿que seas feliz? Esa ha sido mi intención de siempre. Si consideras que no es así... bueno, ya que más da, solo quiero que sepas que tampoco ha sido fácil para mí. No tengo ni ganas de buscar palabras que dejen algo con sentido; esto va a quedarse muy vacío, incluida yo.











<< Cuánto se gritó diciendo nada
no pudimos ver con tanta luz
yo buscaba el cielo en tu mirada
y nunca sabré lo que encontraste tú

Que te traigan flores las mañanas
que no pases noches sin dormir
que el sueño se pose en tus pestañas..>>



http://www.youtube.com/watch?v=HIXWWdIOeCE





domingo, 8 de mayo de 2011

Qué malas son las alergias,



sobre todo esas que son de amor, que llegan poquito después de la primavera y que consiguen poner los pelos de punta a cualquiera. No le ofrezcas baladas, ni tampoco sabores dulces tipo algodón de azúcar. Ella lo que quiere ahora es estar sola, acompañada sin su remedio, el que todavía no ha tenido el placer ni la oportunidad de conocer. Está cansada, dejando vacías sus expectativas de futuro y sus pasiones más eléctricas. Tumbada sobre la cama piensa en cómo ha podido suceder tanto en tan poco tiempo, y lamentándose de lo pasado se echa la culpa a ella misma. 'Idiota', es lo primero que le llamo cuando me dice que todo esto ha sucedido por ella. Y me dice una y otra vez que no va a llorar, que quiere reprimirse, escapar. En un espacio de más de seis mil segundos se vale de mi consuelo, de mis abrazos, del calor que él ya no volverá a ofrecerle. 'Pasará, todo lo malo acaba por esfumarse', y segundos después de haber dicho semejante cosa me doy cuenta de que se trata de una mentira, porque a veces, aunque queramos sacar a palos los fantasmas de nuestra vida, algunos se quedarán ahí esperándote en lo que llamamos recuerdo, propinándote una paliza mental en una de tus venidas abajo de moral. Verás una y otra vez todos esos besos que parecían hechos de algún material a prueba de radioactividad, que parecían no romperse nunca. ¿Y sus fotos? ¿Qué harás con ellas? Serán imágenes recubiertas del polvo más dañino que existe, de tu melancolía insostenible. Y es que nadie está hecho a prueba de bombas, y menos los amigos que se te derrumban un sábado por la noche después de que les hayan desgarrado el alma. Se ha llevado su energía, le ha regalado una prisión de anhelo e invierno. Cuando todo esto pase, entonces sí que vendrán los buenos tiempos otra vez, aunque nunca vayas a saber dónde se esconde el próximo puñal. 'Aguanta, respira, sé fuerte'. ¿Dejar caer a un amigo en un momento así? Imposible. De esta forma volvió caminando hacia su casa, con balas en sus tobillos, con unas alas marchitas de tanto amor irrevocable. 'Estoy bien', ahora la que miente es ella. Me abraza, y veo como una canción hace sombra en sus pasos. 'Duerme tras el vendaval, sueña con despertar en otro tiempo y en otra ciudad...'

jueves, 5 de mayo de 2011

No buscaba nada,


bueno, en realidad sí. Cuando esta mañana alcé la cabeza tú estabas ahí. Tus ojos se asemejaban a dos grandes ventanales por donde entraba la luz y, cómo no, volviste a dejarme atrapada. El tiempo se esfumó o quizás solo quedó ralentizado lo máximo posible, el caso es que para mí dejó de existir, al igual que todo lo que nos rodeaba en ese mismo instante. ¿Qué fueron en realidad? ¿Quizás cinco? ¿Seis segundos, tal vez? No tengo ni idea, pero me fui sonriendo por dentro hacia mi casa. Porque me mirabas, porque nos miramos, porque en ese espacio mi alma te acariciaba.

martes, 3 de mayo de 2011

Back to the start now.

Porque a veces hacen falta segundas, terceras y hasta cuartas partes para volver a intentarlo. Será como empezar de nuevo, pero contigo. Cuento segundos para tenerte...

lunes, 2 de mayo de 2011

Tú fumas,




Él trata de escapar,
Nosotros nos miramos,
Vosotros enfurecéis,
Ellos juzgan,

Y yo, yo solo te quiero una vez más.

sábado, 30 de abril de 2011

Desde aquella noche

las palabras han tomado otra forma. He pasado horas encerrada en un cuarto, contemplando como los rayos de Sol caían en frente mía, todo me invitaba a salir afuera, pero aunque quisiera no podía. A veces los pensamientos tienen tanto poder sobre uno mismo que no basta con tener fe y querer hacer algo, simplemente te quedas ahí, como si el mundo no rodase ni una milésima de segundo, como si lo único que contase en ese momento fuese tú y tu libertad de elegir. En una de esas horas malgastadas he cerrado con cuidado los ojos y he intentado recordar qué idea del amor tenía cuando era más pequeña, cuando no podía imaginar si quiera lo que ese término puede abarcar. Entonces volví a verme de más pequeña, sosteniendo en mis manos un libro, un cuento. Sinceramente, a mi nunca me gustaron las historias en las que el príncipe rescataba a la bella princesa de aquella magnifica y encantada torre que estaba custodiada por un terrible dragón. Yo siempre quise saber por qué la princesa no era capaz de matar por su cuenta al dragón, de salir valerosa de aquella aventura, y de huir con su príncipe o sola, como ella eligiese. Me doy cuenta ahora de que ese dragón puede compararse con los miedos y fantasmas que viven día a día en la historia de cada persona. Uno es capaz de vencerlos por su cuenta si quiere, claro que le costará mayor esfuerzo que si se deja ayudar por la afilada espada de alguien, ya sea un amigo o una persona importante para ti. Así que si lo miramos desde esta perspectiva, existen millones de princesas que siguen viviendo en su torre por miedos insospechados, por dragones que no son capaces de extinguir. Quiero imaginarme a mi misma con ese valor y ser capaz de enfrentarme a todos mis miedos. Acabaré con el dragón, saldré de la torre, lo que no se es si cuando salga de allí avance con o sin el príncipe. A lo mejor ese día se ha cansado de tanto esperarme.

sábado, 16 de abril de 2011

-.

Haces que fumar forme parte de tu teatro, ¿hay algo más en tu guión que debería tener en cuenta?
.-

viernes, 15 de abril de 2011

Esta noche.

Esta noche el suelo va a vibrar, todo va a estar a la altura de mis pies, mis tacones van a volar alto. Azul en mis piernas y rojo en mi boca, atisbos de luz en ti. Ten cuidado, ya quedas sobre aviso, porque si logro estar a menos de dos metros de ti, será el fin del mundo.

jueves, 14 de abril de 2011

Tu escribes canciones de amor,

y yo palabras que ni si quiera llegan a alcanzarte.

Déjame que te cuente...

Que estos últimos días se están haciendo más insoportables de lo normal. No te he visto por ningún sitio y has dejado que mi cabeza vuelva a provocarme mareos, y miedos, y dudas. No sé tú pero yo estoy harta de tener que andarme siempre con lo mismo, de tener que valorar la felicidad de otras personas antes que la mía. ¿Por qué una cosa tan sencilla cómo querer a alguien puede desencadenar en todo esto? Verte ahí todos los días, ver cómo podría estar a tu lado, y tener que morirme aquí con mis ganas. Con lo sencillo que sería... una palabra, solo eso, y al mundo que le den por el culo, yo solo quiero ser feliz contigo. Dime de qué sirven todos esos murmuros, el 'qué dirán', toda esa mierda. ¿Por qué no empezar a pensar un poco más en ti? En lo que quieres, en lo que deseas. Si nos pasamos toda la vida meditando lo que podría suponer una decisión, cuántos saldrían heridos, cuántos podrían salir por patas... ¿merece la pena? No sabes lo que pesa una sonrisa en mi cara cuando ni si quiera tengo ganas de vestirla, cuando tengo que fingir que estoy de maravilla. No voy a seguir engañándome a mi mísma, así que, si las cosas se quedan igual de frías que siempre, no esperes verme sonreír. Y si lo hago alguna vez, será para no tener que escavar mi propio agujero y hundirme allí, en frente tuya. ¿Cuánto va a durar esto? Ni yo misma estoy segura de poder aguantar un día más sin decirte lo que llevo tanto tiempo escondiendo a tus ojos, el fuego que se alimenta de mí. ¿Sabes? Estos días también me he dedicado a pensar cómo sucedería esa escena, como avanzaría hasta a ti sin meditarlo más de tres veces, como el mundo se pararía en un tiempo infinito de tres segundos, cómo te vomitaría mis palabras delante de quién sabe cuántas personas, cientos de miradas clavadas en mí, y luego... luego esa parte está totalmente en blanco. Nunca se me ha dado demasiado bien predecir los finales.

lunes, 11 de abril de 2011

Mi pequeño señuelo.

Es así. Por una vez en mi vida, me siento como una basura espacial, porque le retengo secuestrado, accidentalmente, por si acaso las cosas se ponen más chungas de lo que están. Le estoy utilizando mientras que tú bailas en la cuerda de equilibrio, mientras que te decides entre venir o quedarte ahí como siempre, sostenerte en una nube más del firmamento. Que no estaría mal, porque eres hermoso y todo lo que brilla ahí arriba tiene un significado, según todas esas personas importantes que escriben cuentos para niños. Pero sería aburrido y repetitivo, ya que si me vuelvo egoísta como lo estoy siendo en estas últimas semanas, me cuesta avanzar sabiendo que existe la opción de tenerte más cerca. ¿Es mucho pedir? Sufriendo un ataque repentino de optimismo, debería decir que no creo que sea tan difícil conseguir algo por lo que luchas desde hace siglos, aunque también sea lo mismo por lo que caes una y otra vez. A los humanos nos gusta equivocarnos, tropezarnos con la misma piedra y seguir en el ruedo, pensando que la próxima vez será la definitiva. Todo tiene sus inconvenientes, pero de verdad que sería capaz de dejarlo todo solo por probar un poquito de tu cielo, que en este infierno ya está empezando a hacer calor, y me abraso por momentos.

viernes, 8 de abril de 2011

Un sitio abarrotado,

miles de personas, unos cuántos miles más de números, ganas de descargar adrenalina... Cientos de ojos, y entre tantos, los tuyos. Una mirada. Dos, tres... Entonces, haces que vuelva a caer. Empiezo a desenterrar sentimientos que estaban cerrados bajo llave, bajo la prohibición y el juramento de que no volverían a salir más. Pero llegas y me dejas por los suelos, precisamente hoy. Es aquí donde me paro a pensar qué estoy haciendo, cuál es mi camino. No sé si tengo un hueco en tu vida, ni tampoco estoy segura de qué es exactamente lo que debería hacer ahora. Lo único de lo que estoy segura en estos momentos, es que ya no va a ser fácil volver a actuar como si no sucediese nada, como si tú y yo no tuviésemos nada que decir. Aún sigo preguntándome cómo es posible llegar a sentir un vínculo tan fuerte con alguien a quien ni si quiera has tenido la suerte de estrechar entre tus brazos, pero algo me dice que vale la pena luchar. Esta vez.

martes, 5 de abril de 2011

miércoles, 30 de marzo de 2011

Dime por qué


cuando ya tengo casi decidido lo que voy a hacer, apareces tú de repente y me vuelven a surgir dudas. Ya sabes, ese tipo de dudas que no te dejan dormir, que se alimentan de falsas ilusiones.

lunes, 28 de marzo de 2011

Ay,ay,ay...


Empieza regalándome palabras de chicle, con la intención de que calen muy hondo en mí. Y lo está consiguiendo, y me da miedo ver que finalmente empiezo a avanzar sin ti. Tiré los dados y ahí está mi suerte...

domingo, 27 de marzo de 2011

'Gracias por ser tú'.


Es una frase que todos esperamos oír alguna vez en nuestra vida, algo que hace que cambiemos nuestra forma de ver el mundo de una forma inesperada. De repente todo da vueltas, porque te das cuenta de que para alguien significas algo más que ser una simple persona, un diminuto peón en un universo tan grande, para él eres una de esas pequeñas motas de polvo multiplicadas por cien, eres un rayo de luz cubriendo su cara cuando camina por la playa, un día de verano, en el que se lleva las manos a los ojos y maldice : - Jodido Sol...,- pero inmediatamente se acuerda de ti; eres un acorde de la guitarra que emerge de la nada, simplemente porque se equivocó de cuerda; eres esos cereales de miel mezclados con otros tantos de chocolate que se tomaba toda las mañanas antes de ir al colegio, o un simple juego de palabras dichas al azar, un microscópico parpadeo de su vida girando en torno a ti en cuanto te ve, un dolor de muelas naufragando en helado de chocolate, una ola de frío en pleno agosto para aliviarse y un jersey de lana un día de enero para embriagarse de ti; eres todas esas cosas que ni si quiera imaginas que puedes ser, hasta que te lo dicen. Entonces, ya nada vuelve a ser igual...


Silly.


Viernes.

- Irás el sábado a la fiesta, ¿verdad?
- ¿Quieres que vaya?
- Puede ser...
-Pues allí me tendrás.

Sábado.
-
.
-

-Y así fue como una vez más, la zorra devoró al príncipe convertido en rana.