(A medias). Cuando quise darme cuenta llevaba encima unos litros de más, y mi equilibrio bailaba en el borde de la piscina, con la tentación de tirarme de cabeza y ahogar las penas un poco más. Pero enseguida llegaron las volteretas y lo giros irreversibles de mi cabeza, y acabé tirada en la hierba, intentando no recordarte. Estaba allí, bajo las luces superficiales del jardín, y las primeras estrellas que empezaban a asomarse tímidamente. La humedad se colaba a través de mi ropa, y la euforia iba desapareciendo. Cerré los ojos un momento, intentando ignorar palabras como 'no te duermas' o 'tranquila, se pasará', cuando visualicé una de tus miradas. Se clavaba en mi interior, más afilada que cualquier tipo de cuchillo. Volví a mi lugar, y comprendí, ya demasiado tarde, que no había servido de nada. Recordé querer olvidarte en aquel vaso, y la nada se quedó allí, ocupando el espacio en el que tú no te encontrabas. |
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domingo, 3 de julio de 2011
Amnesia.
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