viernes, 8 de abril de 2011

Un sitio abarrotado,

miles de personas, unos cuántos miles más de números, ganas de descargar adrenalina... Cientos de ojos, y entre tantos, los tuyos. Una mirada. Dos, tres... Entonces, haces que vuelva a caer. Empiezo a desenterrar sentimientos que estaban cerrados bajo llave, bajo la prohibición y el juramento de que no volverían a salir más. Pero llegas y me dejas por los suelos, precisamente hoy. Es aquí donde me paro a pensar qué estoy haciendo, cuál es mi camino. No sé si tengo un hueco en tu vida, ni tampoco estoy segura de qué es exactamente lo que debería hacer ahora. Lo único de lo que estoy segura en estos momentos, es que ya no va a ser fácil volver a actuar como si no sucediese nada, como si tú y yo no tuviésemos nada que decir. Aún sigo preguntándome cómo es posible llegar a sentir un vínculo tan fuerte con alguien a quien ni si quiera has tenido la suerte de estrechar entre tus brazos, pero algo me dice que vale la pena luchar. Esta vez.

martes, 5 de abril de 2011