sábado, 27 de noviembre de 2010

Huellas


Son las 6 de la tarde, y la lluvia no ha hecho más que avanzar en su débil llanto. Llevo días esperando este momento, esta tarde, y lo último que me imaginaba, es que fuera a ser así. Gris. Estoy impaciente, así que cojo el primer paraguas que encuentro a mano y salgo de casa, con incertidumbre y pájaros en mi cabeza. No sé exactamente qué es lo que va suceder, ni tampoco he planeado las palabras que voy a decir, pero mis pies avanzan velozmente tras las lágrimas que va dejando la lluvia, oyendo el sonido que hacen al pasar mis pies sobre ellas. Charcos, y más charcos. Edificios, árboles, pasos de cebra... todo sigue en su sitio. Qué tontería, ¿acaso iban a desplazarse a otro lugar? Solo porque sea hoy, justamente hoy... Debería volver ahora mismo, retroceder. Hace frío en la calle, mis manos están heladas y...¿pero qué diantres? Un poco de valor no me vendría mal ahora mismo. Sigo andando, y empiezo a imaginar si llevará mucho tiempo esperándome y qué se le estará pasando por su cabeza. Lo que voy a hacer ahora es...arriesgado, creo que esa sería la palabra exacta. Una parte de mí sabe que no siento por él algo que se pueda llamar amor, la otra me dice que sé que me gusta (un poco bastante) , y una tercera me recuerda que quizás sea un modo de borrar algo que no puedo tener. De borrarte, de ahogarte en uno de estos charcos que piso, pero con rosas. Venga, no puedo evocarte ahora que estoy decidida a dar un paso. Decidí olvidarte, ¿recuerdas? Cueste lo que cueste, aunque no sé si este va a ser justamente el precio a pagar... Estoy tan embaucada en mis propios pensamientos, que ni si quiera me doy cuenta de que ya he llegado. Mis ojos buscan y... allí está él, con esa sonrisa de siempre, que lo inunda todo de luz. Ahora la lluvia queda en un segundo plano, es como si se hubiese vuelto a hacer de día, irradia energía por doquier.


- Vaya, vaya... la puntualidad es tu fuerte, ¿eh señorita?,- y añade un guiño que me arranca una sonrisa.
- Que pronto vas buscando pelea...¿llevas esperando mucho? Si solo llego 5 minutos tarde...
- Mmmm... no exáctamente 5, sino 10. 10 minutos tarde. 10 minutos empapándome de lluvia, estornudando y pensando por qué narices no habré cogido un paraguas.
- ¡Jajaja! Creo que tengo la respuesta a tu segunda inquietud...
- A ver, sabelotodo. Soy todo oídos.
- Es simple, no puedes vivir sin el agua, ¡está sediento! ¡Jajajaja!

Me mira con una pizca de escepticismo en sus ojos, como si acabara de soltar la mayor chorrada del mundo, y en verdad tiene razón. Nervios...no puedo controlarlos.

- No me sorprende tu ''brillante'' sentido del humor, es más, creo que cada vez me estoy acostumbrando más a él.
- Y eso es...
- Divertido, extraño, diferente... qué más da, eres tú misma. Y eso es genial.

Ay. Silencio incómodo. Me mira, y siento calor que asciende por mis mejillas. Agacha su cabeza a mi altura. Se acerca, se acerca demasiado... ¡demasiado! ¿Y mi mente? ¿Dónde se ha metido mi sentido común en este preciso instante? Piensa algo.... ¡rápido!

-¡Café!

Se detiene en seco y me mira extrañado. Dios mío... ¿no podría haber dicho otra cosa?

- Quería decir que si te apetece que te invite a un café, es que me estoy quedando helada...
- Esto, sí, claro. Es una buena idea, yo apenas siento mis manos. Pero, invito yo, ¿eh?
- Como quieras,- y añado una débil sonrisa.

Despliego el paraguas de nuevo, y avanzamos juntos charlando sobre cualquier cosa que se nos ocurre. Él no para de hablar, pero en vez de escucharle, pienso que ha estado tan cerca de...

- ¿Entramos aquí?,- interrumpe mis pensamientos señalando una cafetería.
- De acuerdo.

Nos sentamos en una mesa pequeña, con dos sillas y un cenicero sobre esta. Mientras me quito el abrigo y lo dejo sobre una de las sillas, observo el local, la gente que hay... Un grupo de amigos riendo, una pareja discutiendo sobre... ¿casas?, otra pareja acurrucada... Y humo, mucho humo en el ambiente cargado, tabaco oliendo por todas partes. Me siento y le veo en frente, y una oleada de emociones recorre mi cuerpo. Vale, lo admito, me gusta. Me gusta mucho. Y desgraciadamente es todo lo que puedo decir, porque mi corazón no va más allá de eso. Solo me gusta pero, ¿podría llegar a quererle? 'Inténtalo', dice una diminuta voz en mi cabeza. ' Es el único camino', opina otra. Está bien, está bien... Cierro por un momento los ojos, y cuando vuelvo a abrirlos, me siento como una preadolescente tonta que ha iniciado hace poco el viaje hormonal, pero no pienso soltar una risita de esas tontas... Llega el camarero y pedimos. Para mí, un descafeinado con leche ( y mucha azúcar que le añado después), él pide un simple café con leche. Empezamos a hablar, y no sé por qué, le noto algo distraído, absorto en algo, no sé. Quizás le preocupa algo, o quizás son tan solo imaginaciones mías. Llega el café y con él, las risas. Empezamos a recordar el momento en el que nos conocimos, ese terrible día, donde estuve apunto de tirarle de los pelos... Literalmente hablando, claro. Ese día, el día en el que por un instante le odié, pensé que cómo era posible que una persona pudiese ser tan extremadamente irritable, y ahora, no me puedo creer que estemos sentados en una cafetería, un día de frío y lluvia, tomando café como aparentemente dos personas civilizadas. Bueno, él tampoco se lo cree. La tarde avanza bien, pero yo tengo que marcharme pronto, a pesar de lo a gusto que estoy con él. Exámenes, siempre interponiéndose entre los acontecimientos importantes... Llegamos al lugar donde hace un par de horas nos habíamos mirado fijamente a los ojos, donde habían saltado chispas. Creo que, si lo intenta de nuevo, estoy preparada. Comienza a hablar de nuevo, se acerca pero, en vez de darme un beso, me da algo incluso más íntimo: una confesión, un secreto bien guardado.

- Oye Alba, tengo algo que contarte...,- mi corazón se acelera, pero creo estar segura de querer oír lo que va a decir. Ya no hay vuelta atrás...
- Esto... dime, ya sabes que siempre estaré para escucharte. ¿Qué es lo que pasa?

Empieza a caminar de un lado hacia a otro, nervioso, sin saber a donde mirar, ni siquiera me mira esta vez a la cara.

- Bueno, allá voy. Quiero que sepas que ha sido una decisión difícil, porque, significas mucho para mí y... en fin, yo, estaba algo confundido cuando lo dejamos pero, hemos estado hablando y en parte, creo que las cosas están mejor, así que....

Pero, ¿qué está diciendo? No lo entiendo, yo... ¿Qué quiere decir con eso? Y segundos después, se arma de valor, y la respuesta llega...

- Voy a volver con ella.

... como una puñalada. Ha sido una muerte rápida, pero dolorosa. Aunque sé lo que acaba de decirme mi mente está algo confusa y, dios yo, no se qué hacer ahora mismo. No puedo mirarle a la cara, no puedo sacar voz de ni el más recóndito sitio donde ha estado presente esta tarde. No puedo mirarle, no puedo mirarle a la cara, no puedo... Debo de haberme quedado paralizada, por el frío, por sus palabras, por todo. El mundo ha desaparecido instantáneamente, como una foto de carrete mal revelada. Siento sus manos en mis mejillas, alzando mi cabeza para que le mire. ¿Se supone que debo ser yo la que diga algo ahora? ¿Qué quiere oír? ¿Qué me ha hecho daño? ¿Qué no esperaba esto? ¿Qué le suplique un razonamiento más extenso de lo que ha decidido? No, ya está bien de llorar, de realizar largos paseos por el sendero de la tristeza. Sin embargo, aún sin esperarlo, él habla otra vez:

- ¿Estás bien?,- ahora ya se atreve a mirarme a los ojos, aunque ya no es como antes, claro, su magia se ha ido, y ahora mismo no me importa mucho recuperarla.
Intento sacar fuerzas de algún sitio, de la cafeína, por ejemplo, para decir algo que ponga fin al diálogo, a esta maldita tarde de lluvia.

- Sí, yo... lo entiendo,- primera mentira,- es normal, os queréis...,- segunda mentira,- y supongo que ella también te quiere a ti,- la mentira más grande de todas.

No voy a ponerme a llorar, aunque quiera, aunque....
Necesito escribir. Necesito desahogarme. ¿Qué es lo que he hecho mal?

No soy capaz de añadir algo más, y doy media vuelta antes de que las primeras lágrimas asomen por mis ojos. Pero me detiene, me coge del brazo, y la última de las esperanzas que conservo, espera impaciente a que añada algo más que sea capaz de reconstruir algo de lo que ha roto.

- Una cosa más, no creo que sea conveniente que volvamos a vernos,- ahora sus ojos son hijos del hielo, y sus palabras unas de las pocas gotas que caen sobre nosotros dos, con fuerza, causando daño,- adiós Alba, siempre voy a quererte.

Creo que eso sobraba. Creo que eso se ha quedado clavado en mi corazón, como una de esas canciones que escuchas una vez en la radio, te gusta, te aprendes la letra de memoria, la tarareas continuamente... Aunque, sin duda, esta sería la sinfonía más triste de la Historia. Empiezo a caminar de nuevo, cuando su silueta ha desaparecido ya a lo lejos. Después de cinco minutos andando, percibo que no llevo el paraguas encima; debo de habérmelo dejado en algún sitio pero ya da lo mismo, no pienso volver, y ahora ni si quiera está lloviendo. Leyes de Murphy... empieza a llover. Con la mayor fuerza e intensidad con la que una nube puede descargar su furia. Tengo más frío que antes, y unas intensas ganas de llegar a casa, y de no pensar. Empiezo a llorar, con incluso más intensidad que la nube que se encuentra sobre mí, pero eso tampoco me importa, porque mis lágrimas se camuflan ahora con las gotas de lluvia. No estoy segura de qué va a suceder a partir de ahora, y tampoco estoy segura de si a mi corazón le quedan latidos por dar, algo que me demuestre la certeza en este mismo instante de que estoy viva, calada hasta los huesos, y de que esto no es una pesadilla. ¿Sabes? Ahora empiezo a pensar otra vez en ti, y piso en los mismos charcos donde hace unas horas te hubiese ahogado junto con pétalos de rosa. En este mismo instante me gustaría que aparecieses, que me dijeses que no pasa nada, que todo va a salir bien. Hoy la lluvia ha dejado grandes huellas irreversibles en mí, y para colmo, tú tampoco estás aquí conmigo.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

¿Es demasiado pedir?


Que todo vuelva a ser como siempre, que los pensamientos encaucen cada uno en su sitio & que ni el más sencillo de tus recuerdos vuelva a molestarme jamás. Voy a asumirlo, voy a hacer que todo encaje en su sitio, aún sintiendo el miedo de volver a caer de nuevo. Otra vez. Me impides pensar con claridad, respirar sin sentir que los átomos chocan contra la gravedad de este mundo, el simple hecho de cerrar los ojos & a la par ver amanecer los tuyos en esta oscuridad. No me perteneces, nunca lo has hecho. ¿Por qué entonces esta ansiedad? Te busco cuando la ocasión se presenta, pero parece ser que ninguna ocasión es buena para dar con respuestas. ¿Y él? ¿Qué le diré a él? ¿Seré capaz de rechazar la felicidad que me tiende en la palma de su mano? Él es capaz de enseñarme la vida de un modo diferente, distinto al que yo contemplaba, tan real... Pero, aún así, desearía sentir por él lo que siento por ti. Desearía poder abrirle mi corazón de la misma forma, pero no soy capaz, no puedo. No puedo hacer que mi amor cambie de sentido, que se traslade a una vía diferente, que lo recoja alguien que tiene claros sus sentimientos... Y sé, que estoy pidiendo demasiado. Y lo peor de todo, es que no se que opción es la mejor. ¿Ves que complicado resulta todo esto? Si yo pudiese amarle de la misma manera, verle con los mismos ojos con los que te miro a ti....entonces, solo entonces, nada tendría que cambiar, mi felicidad sería compartida... Ahora que lo pienso, tú ni siquiera sabes que me estoy refiriendo a ti así que, solo puedo dejarte la promesa de algo que espero no sea efímero: Te olvidaré, cueste lo que cueste, sin batallas de por medio, sin poesías que alimenten mi tristeza, sin nada. Simplemente lo haré pensando que quizás tú quieras lo mismo. El olvido es una puerta para la que desgraciadamente aún no he dado con la llave, aún así, ¿te parece bien que intente pasar?




Maybe,Things i'll never say
''I’m tugging at my hair

I’m pulling at my clothes
I’m trying to keep my cool
I know it shows
I’m staring at my feet
My checks are turning red
I’m searching for the words inside my head


(Cause) I’m feeling nervous
Trying to be so perfect
Cause I know you’re worth it
You’re worth it
Yeah



If I could say what I want to say
I'd say I wanna blow you... away
Be with you every night
Am I squeezing you too tight
If I could say what I want to see
I want to see you go down
On one knee…
Marry me today
Yes, I’m wishing my life away
With these things I’ll never say



It don’t do me any good
It’s just a waste of time
What use is it to you
What’s on my mind
If ain’t coming out
We’re not going anywhere
So why can’t I just tell you that I care



What’s wrong with my tongue
These words keep slipping away
I stutter, I stumble
Like I’ve got nothing to say



Yes I’m wishing my life away with these things I’ll never say
If I could say what I want to say
I'd say I wanna blow you...away
Be with you every night
Am I squeezing you too tight
If I could say what I want to see
I want to see you go down
On one knee
Marry me today
Yes, I’m wishing my life away
With these things I’ll never say
These things I’ll never say''