sábado, 31 de diciembre de 2011

No fueron felices,

su historia no acabó como tenían pensado. Nada de besos, flores ni años nuevos juntos.  Dejaron muchos agujeros por pulir, así como cosas por decir. Era algo inconfesable, irreprimible y desolador. Pero no había remedio, no existían curas, así que se dejaron llevar... ¿Adivináis algo? En sus huesos nunca dejaría de llover, sus corazones nunca dejarían de persistir, sus actos, algún día no muy lejano, dejarían de morder. Y poco a poco, la inocencia de un amor puro y constante desembocaría... ¿en algo más?

No hay comentarios:

Publicar un comentario