y lo sabes. Piénsalo, te ahorrarás una situación incómoda entre las dos. Además, ¿qué vas a decirme? ¿Que ya encontraste tu disfraz de guerrera escondido al fondo del armario? ¿Que le quitaste el polvo y ahora vienes a por mí? Guarda tus armas, porque puedes quedártelo, es todo tuyo, sois tal para cual. Olvida que en algún tiempo fuimos amigas porque, sinceramente, lo tuyo no era lo que se puede llamar 'amistad'. He avanzado, unos pasos más que tú. Así que, lo siento, pero yo ya no acostumbro a hacer pactos con el diablo... |
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domingo, 26 de junio de 2011
No tenemos por qué hablar,
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