Y la estrechó con todas sus fuerzas, reduciéndola a un cojín más del sofá, sin que ella replicase ni una sola vez.
-¡La vida te muerde, Annie! ¡Te golpea, te da de ostias incontenibles! ¡No deja que respires, no te deja escapar nunca! ¿Y tú vas a dejar que siga arañándote, no vas a devolverle el golpe?
Annie no se resistía, ¿para qué? Era mucho más fácil quedarse inmóvil.Ya se cansaría de repetirlo.
- Quedándote quieta no vas a conseguir nada, ¡espabila!,- y recibió una bofetada inesperada en su mejilla derecha.
Acababa de pegarle, había pegado a su amiga. Un momento, a su amiga no, había devuelto el golpe a la vida. Tal y como ella le había pedido, casi suplicado.
- Vaya, ya creía que no ibas a reaccionar...,-se limpió el sudor que resbalaba por su ruda frente,- Escucha,- y se acercó hacia ella, ayudándole a ponerse en una posición normal en el sofá,- puede que ellos se hayan ido, puede que no vayan a volver nunca. También es posible que tu negocio se haya ido al garete, que Wilson no vaya a llamarte en tu vida, y que aquella carta que enviaste a California, sea quemada por algún independista que no quiere cuentas con nadie. Aún así, ¿me ves? ¿Me ves a tu lado? Yo no me he ido, no me marcharé nunca. Así que será mejor que te levantes de aquí y empieces a luchar, que empieces otra vez, de nuevo. Porque la vida no va a detenerse nunca, no va a dejar que te quejes por algo que puede ser reemplazado y mejorado unas quinientas veces. ¿Entiendes?
Pues no, no lo entendía. De todas formas, sabía que su amiga tenía toda la razón en ese momento. Era hora de morder a la vida.
+ Adaptación de un fragmento de la película 'La Boda de mi Mejor Amiga', por Paul Feig.
- Dedicado especialmente a todos esos amigos que nos hacen sentir bien cuando más lo necesitamos, que nos apoyan y nos quieren y, sobre todo, que de vez en cuando nos dan una que otra ''paliza'' para despertar. :)
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