.
-Te echo de menos. |
cuando ya tengo casi decidido lo que voy a hacer, apareces tú de repente y me vuelven a surgir dudas. Ya sabes, ese tipo de dudas que no te dejan dormir, que se alimentan de falsas ilusiones. |
Empieza regalándome palabras de chicle, con la intención de que calen muy hondo en mí. Y lo está consiguiendo, y me da miedo ver que finalmente empiezo a avanzar sin ti. Tiré los dados y ahí está mi suerte... |
Es una frase que todos esperamos oír alguna vez en nuestra vida, algo que hace que cambiemos nuestra forma de ver el mundo de una forma inesperada. De repente todo da vueltas, porque te das cuenta de que para alguien significas algo más que ser una simple persona, un diminuto peón en un universo tan grande, para él eres una de esas pequeñas motas de polvo multiplicadas por cien, eres un rayo de luz cubriendo su cara cuando camina por la playa, un día de verano, en el que se lleva las manos a los ojos y maldice : - Jodido Sol...,- pero inmediatamente se acuerda de ti; eres un acorde de la guitarra que emerge de la nada, simplemente porque se equivocó de cuerda; eres esos cereales de miel mezclados con otros tantos de chocolate que se tomaba toda las mañanas antes de ir al colegio, o un simple juego de palabras dichas al azar, un microscópico parpadeo de su vida girando en torno a ti en cuanto te ve, un dolor de muelas naufragando en helado de chocolate, una ola de frío en pleno agosto para aliviarse y un jersey de lana un día de enero para embriagarse de ti; eres todas esas cosas que ni si quiera imaginas que puedes ser, hasta que te lo dicen. Entonces, ya nada vuelve a ser igual... |
Viernes. - Irás el sábado a la fiesta, ¿verdad? - ¿Quieres que vaya? - Puede ser... -Pues allí me tendrás. Sábado. - . - -Y así fue como una vez más, la zorra devoró al príncipe convertido en rana. |
Estoy lista para empezar desde cero. Quiero que se acaben los malos días, que el vaso vuelva a llenarse de nuevo, hasta que una gota sea capaz de derribarlo. Quiero que una simple tontería vuelva a hacerme sonreír. Y que la inspiración nazca de otro sitio distinto a ti, a ser posible, de debajo de las rocas. Contar historias distintas, historias que ni si quiera me pertenezcan. Decir que si mi tristeza te parece una tontería, mejor no asomes la cabeza por la ventana: el mundo está lleno de estúpidos incontrolables. ¿No es genial? Ellos suelen ser los que siempre te acaban regalando una sonrisa. |
Necesitaba quemar algo de mi vida y como todavía no tengo el valor sufi![]() |
Esta tarde he salido, a desgana y a destiempo. Como siempre, he vuelto a llegar tarde, y como no, he olvidado mi paraguas. He conversado con todo tipo de bebidas, hasta con las que no conocía. He intentado transformar el tiempo en algo sutil, pero no ha dado resultado. He oído historias de gente, de personas con sentimientos, putadas, jugadas sucias y alguna que otra bronca entre ''amigos''. He visto a parejas de todo tipo: de las que opinan que durarán un telediario o dos, y de las que dicen que estarán revueltos toda su vida. Verdad o no, he vuelto a darme cuenta de que la gente habla demasiado, juzga demasiado. Pero no me ha importado, y he seguido en mi vaso, en el mismo sitio, calada hasta los huesos. Aunque ya lo sospechaba, he observado que si un día decides caerte, dejar que todo se desplome bajo tus pies, nadie va a venir a rescatarte, todo va a seguir su curso. El mundo no se para, solo tú y tus mismas ralladas. Al final, he acabado abandonando el lugar, su gente, sus ruidos. He caminado cansada sobre los charcos, y otra vez sin querer, he buscado tu sonrisa entre tantas fachadas. No has aparecido. He querido golpear mi silencio por tener ese pensamiento, por desearte. De repente, he querido encontrarte por alguna calle con otra, con la seguridad de que ese dolor será capaz de dejarme libre. Me rompo, y no tengo ganas de recoger las piezas. Me estoy desarmando, y lo peor de todo, es que ya me da igual. |
Cuando despierte,y caiga desde mi cama, será casi como un milagro, casi tan bueno como taparme los oídos cada vez que mi madre me dice que tengo que cambiar, que no puedo ir por la vida diciendo lo que pienso, o callándome lo que no debería. Siempre es blanco o negro...pero, ¿por qué elegir? ¿Por qué no puedo ir a mi ritmo? ¿Por qué no debería sacar las caras de la vida yo sola? No necesito a nadie que venga dándome instrucciones sobre como actuar, perdón, mejor dicho, sobre como piensan ellos que se debería actuar. Tan sencillo y poco convencional como un paso al frente, sonríe, y saluda cuando te lo indique. Pues bien, si a partir de mañana me encuentro con alguna personita que nació creyendo llevar una corona puesta, lo primero que haré será pararle los pies, cuando de imprevisto y por su propia cuenta, decida juzgar lo que está bien o lo que está mal. Hiciste un manual, una copia de algo que llamas 'tu mundo', o el país de las maravillas, si lo prefiere la princesa en cuestión. Llegas y te atreves a derribar con tu ego lo que de ni si quiera tienes ni puta idea , ni zorra, pero a ti te da igual. Porque te crees especial, solo porque naciste con una melena rubia tintada y un rebaño de ovejas balando a tu alrededo![]() |
A una hora cualquiera, pero no un día cualquiera. Un helado día de enero, un once de enero, para ser exactos. Libros de un idioma incomprendido sostenidos en las aún inocentes manos de una chica el día de su cumpleaños. Un montón de idioteces que cometería a partir de entonces, un 'yo quiero y no puedo', una pasión secreta, abrazos que serían desierto y unas tremendas ganas de vivir. 'Trece años'- pensaba sonriendo. Multitud de felicitaciones, cosquillas en su garganta y sentía que le faltaba algo. Aún así, siguió caminando, hasta que un repentino tirón procedente del gorro de su abrigo le detuvo en seco, con la incertidumbre de qué o quién podría haberse atrevido a detener sus pasos un día así, un día en el que se sentía importante. Y al volverse, se percató de que ese alguien que la había detenido, era también el que hacía girar su mundo a gran velocidad, el que había volcado todas sus concepciones sobre el universo, el que, sin saberlo, estaría encerrado en un alma durante mucho tiempo. Era el mismo que con el que ella soñaba, el primero en robarle su corazón de verdad. Los ojos de miel que a ella tanto le gustaban le miraron, sonrieron, y la voz salió de esa sonrisa: 'Tenías el gorro mal colocado'. Todo sucedió deprisa, ella dejó resbalar sus manos en su pelo, inspirando cada instante de esa felicidad momentánea, por el simple hecho de acariciarle sin que él supiese el significado verdadero de aquello. 'Ibas despeinado',- se excusó de forma tonta, la niña que se creía mayor con trece años y un corazón a punto de estallar a ojos de todos. Continuaron su camino, y llena de endorfina en cada parte de su cuerpo, pensó que ese podría haber sido, sin duda alguna, el mejor regalo de cumpleaños que podría recibir, aunque él hubiese sido la única persona que no le había felicitó. A partir de ese momento, habría muchas ocasiones más. Ofreció su corazón inocentemente, sin saber que podría acarrear aquello. Se enamoró de ti. No la culpes, tan solo tenía trece años. |