sábado, 8 de enero de 2011

Soportable.

Llevadero, aunque no sé por cuanto tiempo más. ¿De dónde voy a sacar más paciencia, más esperanzas, más sueños? Si todo eso lo guardas tú, veo difícil cómo seguir caminando sin miedo a hundir mis pies en el barro. Es como un punto de luz, que emerge con el nombre de la felicidad, y se sostiene en ti. Pero claro, como vas a verlo, si estás ciego... Delante de ti, un par de veces a la semana, de lunes a viernes, de nube en nube, dando saltos de vértigo pero sin llegar a caer jamás. ¿No lo entiendes o simplemente no quieres darte cuenta? No merece la pena seguir fingiendo, volver la cabeza hacia un lado cuando en ese instante... Ese instante, ese momento, es para mí difícilmente indefinible. Todos los malos sueños, todas las carencias ingratas, todos los aullidos que viven conmigo día a día se esfuman. ¿Con un chasquido de mis dedos? No, solo con un gesto, algo que me hace creer que hay algo por lo que seguir luchando, por lo que mantenerme en pie. Si no fuera así créeme, esto no tendría sentido. Quizás hubiese hablado con brevedad del tiempo, o hubiese cuestionado el egoísmo que pueden ejercer algunas personas. Es verdaderamente increíble, aún me sigo sorprendiendo de lo que una persona puede hacerte sentir. Magia, diluvia en mí a todas horas.

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