jueves, 18 de noviembre de 2010

Antes, todo era más fácil


Era cuestión de taparte con la sábana si creías que ciertos monstruos venían a por ti. Bastaba con tan solo llamar a gritos a tu madre, la que siempre hacía que los sueños malos se desvanecieran para siempre con un simple vaso de agua. Ahora, ya nada es como antes. Si tienes una pesadilla, tienes dos opciones: esperar a despertar o....esperar a despertar. Eso es todo. El problema está cuando tu pesadilla es real y vive contigo. Ya no vale abrir tu armario y esperar ver una decena de coronas de princesa, ni alas de hadas, ni cuentos, ni aviones de papel. Nadie va a rescatarte, ¿lo entiendes? Saca valor de donde puedas y enfréntate a ello, a tus miedos, a tus sentimientos, a todo lo que necesite valor. Asume tus consecuencias, no porque no te quede otra opción, si no porque en estos tiempos la humildad tiene prisa y no sabe esperar. No dejes que nada te hunda, NADA. Impón tus opiniones y deja claro lo que piensas. Actúa solo como creas que debes actuar porque, lo que piensen los demás, el qué dirán de toda la vida, importa una GRAN MIERDA. Solo cuenta lo que tú creas que debes hacer. Ten en cuenta que la gran mayoría de las personas quizás no sean capaces de seguir tus pasos, de llegar a entender lo que para ti es importante, ¿y qué? Es tu vida, condúcela como quieras.

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