domingo, 26 de junio de 2011

En el gramófono de la esquina,

aún podían oírse los sonidos destartalados de un lunes por la mañana. Si fijaba la vista a las seis de la mañana en la ventana, todo seguía su curso vitalicio. Todo, excepto su mente. Allí quedaban imágenes en movimiento de la noche anterior. Fotografías a color, de unas pequeñas piedras golpeando con insistencia la ventana del marco dorado. Y luego, su sonrisa favorita, esa que parecía salir de la nada, igual que cuando decía que estarían juntos durante mucho tiempo. Sus promesas habían parecido tan reales... Pero volvió a poner los pies en la tierra, chocando bruscamente con la realidad. 'Malditas películas ñoñas...' 'No, esto no es una comedia de Jennifer Aniston, y detrás de la puerta no habrá un elegante y caballeroso Matthew Macfady esperando ansioso por llevarme a dar un paseo.' Esa noche quedaba ya muy lejos. Se desprendió ágil de su asiento con un salto, y decidió que era hora de empezar. ¿El qué? Tampoco lo tenía muy claro, pero en ese instante cambió de vinilo, y las canciones de antes ya no serán las mismas...

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