
Estaré aquí esperando, con las maletas hechas, lista para despegar. Dejar atrás todo, correr y no volver la vista. Huir, qué más da. Miro hacia un lado, hacia otro, y todo el mundo me dice: 'algo bueno tiene que haber'; pues la maldita realidad es que en estos momentos no hay nada bueno, te lo has llevado todo. Es como si, a partir de la decisión que tomé, lo demás se hubiese evaporado, nada encaja en su sitio, nada funciona. ¿Dónde están las piezas? Dime, ¿dónde se supone que deben encajar? Todo lo que hice, todo lo que soñé, no ha servido de nada. Por eso quiero abandonar, quiero pasar de toda la humanidad, del existencialismo y del humanismo, de los pasos que doy al caminar. No quiero saber nada, a partir de este momento voy a tapar mis oídos, y junto con mis ojos ya no habrá nada que percibir. Tú y tu sombra quedáis muy lejos de aquí, tan lejos que ni si quiera puedo gritar y que me oigas. 'Rescátame' , es lo que chillaría, aunque lo más probable es que dejases que me ahogue...
Dicen que cuando mueres, una luz inunda todo lo que te rodea, una luz tan radiante y hermosa, que eres capaz de olvidar lo que te tiene o te ha tenido atado a la Tierra. En ese momento tus alas, que han estado escondidas durante tanto tiempo, despegan hacia el infinito, parten en un vuelo junto a ti, pero no regresan nunca. Te vas, y por lo que se sabe de manera universal, no vas a ser capaz de volver jamás. Si algún día te la cruzas por la calle y te comenta que se dirige a despojar la vida de alguien, dale mi dirección, dile que es urgente. |
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